¿Salarios que alcancen a la especulación o precios que bajen a niveles reales?
El famoso monstruo de la inflación con sus mitológicas causas está atacando con fuerza la calidad de vida del venezolano, hemos entrado en lo que se conoce como: Inflación Galopante la cual sucede cuando el alza de precios se dispara y para un período anual, los precios se incrementan en tasas de más de un dígito, es decir, un 15%, un 30% o un 130%.
Siempre se nos ha dicho que la causa de la inflación se reduce a una mayor oferta monetaria; es decir, que mientras más dinero hay circulando, la inflación crecerá más. Esgrimen básicamente dos sofismas para explicar la inflación; a saber: a) Al incrementarse la masa monetaria, el dinero pierde valor y lo que comprabas con una moneda, ahora necesitarás dos para comprarla. Esto fuese cierto si el dinero tuviese un respaldo real, y al emitir más dinero, manteniéndose el mismo respaldo, la consecuencia lógica es que el dinero valga menos. Pero resulta que el dinero que circula en el mundo, incluido el dólar, no tiene valor intrínseco ni respaldo tangible y su único valor es su aceptación como medio de pago, es decir, un valor fiduciario, o sea, basado en la confianza de quien lo da y quien lo recibe. b) La excesiva emisión de dinero por encima de la oferta de bienes, genera una excesiva demanda, lo que a su vez produce escasez en los productos más demandados, y como consecuencia de esa escasez, los precios se elevan. Como podemos deducir en este caso, la única razón por la que los precios suben ante una situación de escasez, es porque el productor o comerciante se aprovecha de la necesidad del consumidor, y sabe que éste está dispuesto a pagar más para satisfacer su necesidad, por eso, el componente del precio que se eleva es la ganancia, ya que las ventas masivas no afectan de manera importante los costos de producción o comercialización. Estos dos sofismas que acabo de mostrar, tienen su sustento en una enorme mentira, y es que son los bancos centrales los que hacen circular grandes cantidades de dinero para financiar el gasto público; pero resulta que la realidad es otra; los bancos centrales emiten no más del 5% del dinero que circula en un país; el resto lo emiten los bancos privados cada vez que dan un crédito; ya sea a través de tarjetas o préstamos. Los bancos crean dinero de la nada1; por lo que vale preguntarse: ¿Cómo es que el dinero que emiten los bancos centrales genera inflación y los que emite la banca privada, que es mucho mayor, no?
La oposición con sus palurdos economistas, cantaban al unísono el exceso de liquidez (de dinero) para explicar la inflación de los últimos años; hasta que la verdad, que tarde o temprano sale, los ha obligado a cambiar ese falso discurso para no perder su pequeño prestigio.
El año pasado, en un artículo que escribí acerca del dólar paralelo, cité expresiones de Pedro Palma y Miguel Ángel Santos (economistas hiperescuálidos) que daban cuenta de la influencia de ese dólar en la inflación, y eran categóricos al señalar su alto componente especulativo. Veamos lo que dijeron estos representantes científicos del liberalismo opositor venezolano:
“Aunque la cotización del dólar en el mercado paralelo tiene un alto componente especulativo y está lejos del tipo de cambio de equilibrio, estimado entre 25 y 35 bolívares por dólar, eso no significa que sus efectos no se sientan en la economía real.”
“Tanto Santos como Palma aseguran que la cotización del dólar negro funciona como un marcador de precios para buena parte de los productos que se comercializan, ya que las expectativas del costo de reposición indican que difícilmente se obtendrán dólares baratos al momento de importarlos nuevamente.”
“Desde la óptica de Santos ese fenómeno suele tener un “impacto fuerte” en el comportamiento de los precios, lo que puede acelerar aún más la inflación. “Va a haber un proceso de inflación muy fuerte, ese 180 está anticipando algo”, asegura.” 2
En estas citas, podemos notar que tanto Pedro Palma, como Miguel Ángel Santos, avizoraban una inflación especulativa, donde el dólar paralelo juega un papel importante. Ahora bien, en un país donde las cucarachas vuelan puede ocurrir cualquier cosa. Resulta que aquí se ha roto esa máxima de Milton Friedman, quien afirmaba que la inflación es siempre un fenómeno monetario. En Venezuela la liquidez monetaria va detrás de los precios. Esto quiere decir que aquí primero suben los precios y luego se genera dinero para alcanzar los precios. Este fenómeno se nota con meridiana claridad en los años 2013 y 2014; al punto que uno de los defensores de la teoría monetarista de la inflación en Venezuela: Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, se ha visto en la obligación de confesarlo. Veamos:
“En cierto modo, son muchos los análisis que hablan de una expansión bárbara de la liquidez monetaria en Venezuela, pese a no ser real. En términos nominales la variación interanual al cierre de julio 2015 es de 86,7%, mientras que el acumulado del año alcanza un interanual de 40,3%. Igualmente, al analizar la base monetaria observamos incrementos interanuales y acumulados de 91,8% y 43,3%, respectivamente, aunque, al comparar dichos incrementos con las variaciones de los precios, la realidad es que el aumento de la inflación es superior en promedio por 57,7 pp en términos interanuales y 54,2 pp en el acumulado de 2015. Dentro de esta realidad, es otra la historia que tenemos que contar. En términos reales la “expansión” pasa a ser una contracción de 25,6% interanual y 29,8% para el acumulado de 2015. A partir de esto podemos afirmar que la liquidez monetaria dejó de crecer en el mes de agosto del año 2014 debido a la aceleración en la variación de los precios. Es decir, la velocidad con la que está creciendo la inflación supera con creces la del Gobierno para inyectar liquidez con instrumentos de expansión monetaria.”3
Emulando al camarada economista Luis Salas Rodríguez, hay que preguntarse: ¿Qué puede haber pasado para que de junio a septiembre de este año, Oliveros, uno de los más conspicuos espadachines “teóricos” a sueldo de la derecha económica venezolana y director de uno de los “think--‐tank” más influyentes en cuanto matrices circulan sobre la situación económica venezolana (Ecoanalítica), termine por afirmar que es falso e irreal hablar de una “expansión bárbara de la liquidez monetaria en Venezuela como causa de la inflación y la escasez?
En Venezuela, a propósito del control de cambio, ha ocurrido que los oferentes de bienes y servicios que necesitan divisas para importan productos terminados o materias primas; aun cuando reciben las divisas del gobierno, ante la ola de rumores falsos de que no lo volverán a recibir del órgano oficial, fijan sus precios calculados a la tasa del dólar paralelo (ilegal), que es sustancialmente más caro; produciéndose de esa manera una inflación autoconstruida, que no responde, ni siquiera a la Ley de Oferta y Demanda, sino a las expectativas futuras e inciertas de los oferentes.
Entendiendo, entonces, que la actual inflación es producto de la especulación descontrolada de los productores y comerciantes, el dilema se plantea entre subir los sueldos o bajar los precios. Yo soy de la tesis que hay que hacer la guerra para bajar los precios. No tiene sentido procurar alcanzar a la especulación, cuando ésta no tiene control. Aquí se trata de controlarla y además bajar los precios a niveles reales. Se promulgó, desde mi punto de vista, la Ley más revolucionaria que pudimos diseñar: la Ley de Precios Justos. El Sundee demostró ser insuficiente para frenar y atacar la especulación. Hay que diseñar ya, un mecanismo donde participen, además del gobierno central, las gobernaciones, alcaldías y pueblo organizado (Consejos Comunales; Comunas, y cualquier otra forma de organización popular), para supervisar hasta los bachaqueros, y sancionar a quienes no les importa jugar con las necesidades de sus convecinos y connacionales.
La especulación nos afecta a todos. Es hora de crear un tsunami contra el especulador.
- http://prodavinci.com/blogs/10-mitos-de-la-economia-venezolana-por-asdrubal-oliveros-y-carlos-miguel-alvarez/