Posted On 23 ago 2015
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Cada una tiene su nombre propio que ya forma parte del lenguaje colectivo.
” Nueve arepas ” es el peor resultado que puede obtener un equipo en un juego de béisbol. Así se expresa coloquialmente cuando un conjunto no logra anotar en el marcador tras las nueve entradas, o innings, del popular deporte. En este caso, las arepas son los ceros.
Para el venezolano, las arepas no están solo en la mesa. Son parte de su lenguaje e imaginario colectivo. Como lo describía Alexis Márquez escritor y profesor universitario, arepa es una de las palabras que mayor valor emblemático tiene entre los venezolanos.
“Frases como ganarse la arepa, buscarse la arepa y redondearse la arepa, demuestran su gran simbolismo”, explicaba Márquez.
Sobre su origen, Mariano Picón Salas, historiador y ensayista, expuso en su Pequeña Historia de la Arepa (1953): “Los caribes y cumanagotos usaron tanto el maíz tierno como el maduro, este último les servía para preparar una especie de pan de maíz según técnicas que se han conservado hasta la fecha. Este pan de maíz que llamaron ‘erepa’ lo elaboraban dándole a la masa forma redonda…”.
Los cumanagotos, pueblo caribe que habitaba lo que hoy es Cumaná, también utilizaban el vocablo “aripo” para referirse a una plancha levemente curva, fabricada en barro, donde cocían la masa de maíz.
Algunos expertos afirman que la palabra “arepa” proviene de “erepa” y otros de “aripo”. Como sea, este alimento llegó para quedarse y “aunque es más difícil de preparar que un sándwich, nos gusta tanto que hacemos el esfuerzo”.
Así lo afirmó el chef Edgar Leal, quien ofrece como abreboca en el restaurante Leal, las “arepas chips”, versión crujiente de las “reina pepiadas”.
Leal ha llevado con éxito esta variante de las arepas a diversas geografías. Estados Unidos, Malasia, China, Japón y Estambul han sido algunos de sus escenarios.
Entre gustos y colores
Para cada paladar hay una arepa ideal. Los sabores son infinitos. “Algo lindo de las arepas es que prácticamente lo único que no le cabe es espagueti”, dice Leal, entre risas.
Los rellenos pueden ser tan diversos como los nombres que las caracterizan:
Reina pepiada. Creada por los hermanos Álvarez, en 1955, en honor a Susana Duijm, la primera venezolana coronada como Miss Mundo. Originalmente se combinaba ensalada de gallina con aguacate y petit pois. Ahora se hace una mezcla de pollo desmechado con mayonesa y aguacate.
Dominó. Combinación de caraotas con queso blanco duro. Su éxito radica en el contraste.
Pelúa. Mezcla carne mechada y queso amarillo. Su nombre se debe a la imagen que crean las hebras de carne y queso, como si fuera cabellera.
Catira. Bajo el mismo concepto de la pelúa, lleva pollo mechado y queso amarillo rallado.
Sifrina. Combina reina pepiada y queso amarillo rallado.
Perico. El relleno consiste en huevos revueltos con tomate y cebolla picaditos.
Pabellón. Del plato típico venezolano. Lleva tajadas, caraotas, carne mechada y queso blanco duro rallado.
Rompecolchón. La tradicional mezcla de frutos del mar, preparados en vinagreta, se lleva a la arepa. Su nombre se refiere a las propiedades afrodisíacas que le son atribuidas.
Tumbarrancho. Arepa netamente zuliana. Su elaboración lleva varios pasos y muchas calorías. Se abre la arepa asada y se le coloca mortadela. Se cierra, se pasa por harina y huevo, y se fríe. Finalmente, la arepa rebozada se rellena con queso de mano, repollo picadito, salsa de tomate y mayonesa.
Llanera. Tiras de carne de res bien adobada, rodajas de tomate y aguacate, y queso guayanés.
Viuda. Consiste en una arepa solitaria, sin relleno. Se usa como acompañante en las comidas, especialmente con sopas.
Fuente: El Universal